Primavera Sound 2018: crónica del viernes

Afrontábamos el segundo día de festival en el Parc del Fòrum, todavía con la jornada anterior en la cabeza ya que el concierto de Nick Cave And The Bad Seeds fue una delicia sonora.

Como suele pasar en los grandes festivales, las solapaciones están a la orden del día y prueba de ello fue encontrarnos, en la misma jornada, a los enormes The Breeders y al siempre incombustible John Maus.

La banda mitad americana mitad británica llegaba al festival para presentar su último disco “All Nerve” (2018), diez años después de su anterior publicación. La banda de Kim Deal y Tanya Donnelly hicieron un directo fresco y con mucha garra, demostrando que sus viejos clásicos encajan a la perfección con los temas de su recién álbum publicado, el más puro ejemplo es el hit por excelencia Cannonball, con el que el público enloqueció, rematando un gran concierto.

En contrapartida, en el escenario Pitchfork, teníamos al profesor de filosofía política John Maus. Sus actuaciones enérgicas y desinhibidas, rozan la locura siendo una auto-reflexión de su naturaleza, ¿esto forma parte del espectáculo o es la propia realidad? Que cada uno/a saque sus propias conclusiones, lo que podemos decir es que su directo es electrizante y lleno de energía. Su post-punk melancólico dejó momentos increíbles con el magnífico tema Quantum Leap, de su aclamado álbum “We Must Become the Pitiless Censors of Ourselves” (2011) siendo uno de los discos de aquel año y del que también rescató una bárbara Keep Pushing On, dejando grandes sensaciones en este magnífico escenario junto al mar. Lástima no escuchar temas como Hey Moon a pesar de las plegarias del público.

Después de llegar casi al clímax con John Maus nos dirigimos hacia el escenario Seat para menguar en revoluciones ya que nos disponíamos a ver el concierto del americano Father John Misty. Josh Tillman aparecía en escena para dar inicio a un directo de lo más impecable, su voz es uno de sus grandes encantos y en vivo la experiencia sonora es todavía mejor. El festival estuvo de enhorabuena, ya que ayer mismo presentó su último disco “God’s Favourite Customer”, del cual sonaron varios temas que ya fueron en su día un pequeño adelanto y que ayer los pudimos escuchar in situ y en primicia como por ejemplo Mr. Tillman con un estilo menos pretencioso en este nuevo álbum, pero con sonidos de lo más sugerentes.

De sus anteriores trabajos tuvimos repertorio apoderándose en el escenario y entre el público el sonido folk que caracteriza al americano. I Love You, Honeybear o Pure Comedy crearon esa atmósfera antes del anochecer.

Con un agradable sabor de boca, continuábamos nuestro planning del día con The National, cómo no las terribles solapaciones estaban presentes e hicieron que nos decantáramos por la banda inglesa y prescindir de Mogwai (muy a nuestro pesar).

The National volvía a los escenarios del Primavera Sound después de cuatro años para ofrecer un concierto excelente y con la riqueza musical que la banda de Matt Beringer, está más que acostumbrada a ofrecer. La inconfundible voz de Matt es uno de los reclamos por excelencia, en esta ocasión el más reciente álbum de la banda, “Sleep Well Beast” (2017) dejó momentos convertidos en pelos como escarpias. Nobody Else Will Be There, Day I Die o The System Only Dreams in Total Darkness consiguieron crear ese efecto, acción y reacción en su máximo exponente.

No faltaron Terrible Love, Fake Empire o Bloodbuzz Ohio, temas que quedan en la lejanía, pero que nunca caerán en el olvido, son esas obras de arte que por muchos años que pasen, siempre están presentes en nuestras discotecas.

Uno de los sorpresones a pocos días del arranque del Primavera Sound fue la incorporación de Ride al Heineken Hidden Stage. Los de Oxford desplegaron todo un arsenal de distorsión como manda el shoegaze noventero y del que ellos fueron grandes percusores. Al igual que sus aliados del género, My Bloody Valentine, Slowdive o The Jesus And Mary Chain, están disfrutando de una segunda juventud. Sus respectivos discos en dos décadas aproximadamente, sumado a lo cosechado, hacen de éstos una figura imprescindible como escaparate o referencia a lo que sube. Capitaneados por la voz de Mark Gardener y Andy Bell nos atizaron con un repertorio que combinó los clásicos con los nuevos temas de “Weather Diaries” publicado el pasado año. All I Want, Charm Assault o una gran Lannoy Point a modo de viaje que fue un auténtico regalo.

Como no podía ser de otra manera la mejor parte del set llegaría cuando temas como Ox4, Vapour Trail o Leave Them All Behind, entrarían en acción. Pero todavía quedaba el tema por excelencia para un servidor y es que es imposible no amar un tema como Drive Blind, corte donde el sonido te atrapa y te suelta al infinito cuando a mitad del tema queman cuerda mientras los efectos y distorsiones hacen de ti un ser pequeño y muy grandes a ellos. Simplemente enormes.

Ahora era el momento de cambiar de ubicación y dirigirnos al escenario Primavera with Apple Music, no quisimos perder la oportunidad de ver en vivo a la cantante francesa Charlotte Gainsbourg en su paso por el festival. Hija de Serge Gainsbourg y Jane Birkin, la también directora y cantante, aterrizaba en esta jornada para ofrecer un concierto pulcro y con la clase que tiene la chanson française.

“Rest” lo firmó a finales del 2017 y después de siete años sin publicar material, el álbum viene cargado de grandes colaboraciones como Owen Pallet, Paul McCartney o SebastiAn.
Deadly Valentine con esos toques tan ochenteros y sonidos electrónicos, nos envió directos a un enorme dancefloor en la medianoche. Ring-A-Ring O’ Roses, Rest o Les Oxalis sonaron a la perfección. El setlist se desarrolló con Rest, disco dedicado a su hermana Kate fallecida hace un par de años, despiezando cada tema con enorme elegancia y sacándole jugo hasta el final del concierto.

Uno de los momentos álgidos de la noche vino acompañado de los neoyorquinos Cigarettes After Sex, después de pasar por nuestra ciudad unos meses atrás volvían de nuevo para ofrecer un directo melancólico y ambiental, rozando una tremenda sensualidad. A pesar de traer consigo un solo álbum “Cigarettes After Sex” (2017) y un EP. “I “(2012) han cautivado al público. La voz de Greg Gonzalez es la muestra, sus piezas son puro romanticismo hipnótico y así lo demostraron en el escenario Ray-Ban, una buena elección frente al mar con temas como K o Nothing’s Gonna Hurt You Baby pero sin encajar dentro del horario programado.

El insaciable Ty Garrett Segall o Ty Segall, mayormente conocido, volvió a firmar uno de los conciertos más rotundos de lo que llevamos de festival. Su potente rock garage impregnado de lo-fi, hizo las delicias de todos los consagrados a modo peregrinación. El californiano ha conseguido posicionarse en tan solo 15 años de carrera como una de las apuestas más seguras del género, su potente e imparable directo está al alcance de muy pocos. Girlfriend o Finger de su aclamado “Melted” (2010) transformó las primeras filas en un inmenso pogo donde volaron cervezas y vimos la capacidad del músico para armar un buen follón. Del último disco gustaron mucho Fanny Dog y una colosal Alta donde quemó cuerdas y pedaleras. Solo el mismo Ty Segall sabrá hasta donde llega su capacidad creativa, que hoy por hoy es una de las más brillantes.

El productor venezolano Alejandro Ghersi, más conocido como Arca, debutaba en el festival barcelonés. Su brutal actuación en el Sónar del pasado año hacía de ésta una de las más atractivas de la jornada del viernes y parada obligada en el Pitchfork. Su tercer álbum publicado vía XL Recordings ha sido la consagración de un joven productor que dejó un aura marciana y que no acabó de convencer.

Una de las apuestas más bailables y divertidas de la jornada llegaría de la mano del dúo canadiense Chromeo, aportando una gran dosis de funky disco que hacía imposible no parar de bailar y saltar ante un David y P la mar de cercanos y entregados, frente a sus teclados y guitarras hicieron las delicias de los allí presentes. De “Fancy Footwork” (2007) rescataron la que da nombre al álbum e Intro, muy bien recibidas por parte de los fans más devotos. Come Alive o Jealous (I Ain’t with It) del nuevo disco “White Women” (2014), fueron presentadas y muy aclamadas, sin olvidar Night by Night de su anterior disco “Bussines Casual” (2010).

Cerraríamos nuestro recorrido del viernes con The Black Madonna, viendo la actuación de pasada. La dj afincada en Chicago hizo una vez más una demostración de cómo se las gasta a base de house ácido, de muchas subidas y casi nunca de bajada que daba por finiquitada la segunda noche de festival.

Crónica de Esther Solano y Manel Ferrer | Imágenes de Toni Rosado

 

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