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Sónar 2017 Sábado Noche (y Final) por Alberto Noriega

Escrito por el 21/06/2017

 

Beautiful Swimmers

Carismáticos y virtuosos selectores

El tema de los selectores con propuestas únicas y personalísimas es una de las cartas fuertes por las que apuesta este año el festival Sónar, por algo se dice de “música avanzada”. La misma página de RA de Beautiful Swimmers advierte “si en algún momento pierdes la fe en la música electrónica, acércate a un set de Beautiful Swimmers”. Dúo de Washington DC formado por Andrew Field-Pickering (Maximillion Dunbar, que desde donde yo estaba parecía que estaba pinchando Ignatius Ferray) y Ari Goldman. La calidad sonora es indudable así como una selección pensada para seducir y mover a las pistas más dispares del mundo. Es un viaje extrañamente coherente por varios géneros y no pude dejar de ver su set completo. Impredecibles pero llenos de sentido, sus sets larguísimos son seguidos con cierto culto desde hace unos años.

Coleccionistas y apasionados de los viniles, muchos djs se rinden a sus pies, gracias a “maxis” como «Swimmers Groove» o «Big Coast» y el maravilloso álbum «Son«, del año 2013 (todos ellos publicados en Future Times, el sello de Field-Pickering). Su carácter abierto e inquieto les ha llevado recientemente a pinchar con Pender Street Steppers, grabar mixes para radios y shows como Beats In Space y Boiler Room, y publicar tracks en plataformas cercanas a su universo, como L.I.E.S. (el sello de Ron Morelli) o People’s Potential Unlimited.

No dejaron en ningún momento quitarse el sudor con sus toallas, beber Estrella Damm y arengar con sus propios bailes a todos los que nos pudimos acercar a ver a este dúo en acción. Se daban relevo track a track y como era de esperar, algunos habrán recuperado la fé en la música.

 

Daphni & Hunee

Cuatro manos, primera vez juntos en cabina

Por un lado tenemos a Dan Snaith (el señor Caribou) con su moniker centrado en el baile, Daphni; y las otras dos manos corresponden a Hunee DJ, de origen coreano y residente en Amsterdam. Sónar 2017 fue la primera vez que se veían detrás de una cabina. Intuíamos que la suma de gustos y conocimientos solo darían génesis a otra colaboración memorable que ya puede calificarse de virtuosa. Se escuchó house psicodélico, funk africano y rarezas bailables inclasificables, el eclecticismo, ¿un género en sí mismo?, pues este año viene lleno de propuestas con “rarities” bailables de tiempos y lugares de lo más sorprendentes.

Daphni, Dan Snaith, Caribou, es un artista muy querido por la organización. Pero a Daphni solo le interesa la música de baile. Pasión que surge al mudarse de su Ontario natal a Londres. Hunee es otro dj, tiene fama de tranquilo e introvertido, pero no cuando se menea en sesiones increíbles con un sentimiento personalísimo y pasándose por alto consideraciones genéricas. Nuevo y respetado en el circuito internacional, también ha dejado claro que tiene mucho talento a la hora de producir su único álbum hasta la fecha, “Hunch Music” (2015). No había duda, sonrisas y todo tipo de ritmos en una sesión inédita hasta este fin de semana. De esas sesiones que necesitas días y mucho tirar de Shazam para intentar explicar con certeza el tipo de viaje que ofrecieron a cuatro manos.

 

Eric Prydz

Electrónica para estadios adaptada al SónarClub

Este DJ y productor sueco no deja de generar crítica positiva y aparecer en festivales de vanguardia y de lo más mainstream a nivel mundial. Era verlo a él o a Vitalic. Descorazonado solapamiento. Aunque ya están por ahí algunas retransmisiones de gran calidad de la mano de CultureBox. Así que queda Sónar para semanas. A Prydz lo definen como artista total, sabio a la hora de perfeccionar su fórmula para que esta dedicación incida por completo en cualquier pista de baile y que ésta no deje de recomendarle, buscarle y seguirle en sus últimos trabajos y múltiples apariciones estelares alrededor del globo.

Sus arreglos son épicos y han hecho voltear a más de uno que no esperaba estos desplantes de genialidad. Acordes ascendentes, un poco de pop, efectos que llenan de euforia sus composiciones y visuales que acaban de remachar el clavo y otorgar una experiencia musical total. Reside en L.A., trabajó toda su vida en el underground y es admirado por genios de la talla de Laurent Garnier o Four Tet (ambos encargados el año pasado de las seis horas del nuevo o reformado escenario del SónarCar, ambos muy admirados por la organización del festival). Es uno de esos djs con millares de seguidores que es agendado no tanto por el impacto en el público, sino por la experiencia que provoca al público. Es dueño de tres plataformas editoriales, Mouseville, Pryda y Pryda Friends. El SónarClub necesita siempre alguien capaz de llevarlo a su punto más álgido y parece que la selección de este año ha puesto a grandes responsables para lograr sin fisuras esta hercúlea tarea. Aunque no sin riesgo, pues el calor humano a raíz del baile enérgico hacían del Sónar el “saunar” y el riesgo de lipotimia era algo de lo que nadie podría escaparse. Ha sido el Sónar con más público, más calor y voy a preguntar por el tema de las lipotimias. Ah, y de la venta ingente de cerveza de esa que no tiene cremita en la espuma y tampoco te acaba de emborrachar. Sónar récord. Los números hablan por sí solos, la música también habla en sus propios términos.

 

Justice

De nuevo en lo más alto

Cinco años para tener el nuevo trabajo del dúo francés bajo el brazo. Muchos odian que tarden tanto en sacar sus trabajos. No sabíamos nada de la puesta en escena, pero nos tienen acostumbrados a presentaciones lumínicas dignas de estadios y no apta para epilépticos. Y fue así, me quedé atónito y no dejaba de repetir a mi amiga: “Me está gustando mucho más de lo que esperaba”, y lo dije varias veces. La novedad son diez nuevos tracks que complementan su trabajo anterior, “Audio, Video, Disco”. Han contado con la colaboración de la London Contemporary Orchestra y las voces de Morgan Phalen (de Diamond Nights) y Johnny Blake (Zoot Woman). El primer tema ya nos lo adelantó hace un año Busy P con su fiesta a seis manos de house en el SónarVillage. Fue energía total, estética cegadora, directo poderoso y seguido de forma tan masiva que había más abanicos que teléfonos móviles y cervezas.

Desde 2003 y siempre presentes en la escena emergen el dúo conformado por Gaspard Augé y Xavier de Rosnay, quién puede olvidar su famosa colaboración son Simian Mobile Disco y el bailadísimo “Never Be Alone” que les granjeó la aceptación y fama mundial y con el que cerraron su actuación después de un breve silencio. Por cierto, su primer tema fue el otro mega hit “D.A.N.C.E”. Luego siguieron más premios, discos de platino en UK, muchas nominaciones y hasta un Grammy con su remix de MGMT y su “Electric Feel”. No podemos dejar de recomendar este electrohouse infeccioso que se inspira en el rock, uno de los directos con un despliegue audiovisual más poderoso del festival. Y con una decoración de fondo compuesta en muchos amplificadores Marshall, todo un guiño a su electrónica rockstar. Y eso que era un secreto bien guardado, hasta que el sábado se reveló y viralizó la parte tecnológica del nuevo show ante uno de los mejores espectáculos no solo del día, pero de esta edición número 24. Luego sería apabullante, en unas horas, #lodeVitalic. Que debería haber gozado el bombo y atención de #lodeBjörk. Pues fue un espectáculo total, visual, donde menos fue más, más o menos…

 

Nick Hook

Carisma, arenga, música sin géneros y todos a bailar

Otro que dejó el listón altísimo hace dos años en plena canícula estival y que no dejó de sorprender y jugar con el público del SónarVillage en un set soleado, lleno de sabor y carisma. Lo volvió a hacer. El mismo calor de hace dos años, pero de noche. Aquel año hasta se sumaron instrumentos inesperados y se bañó en la feliz masa de almas que coincidían en el Village.

Es verdad que derrocha energía y personalidad en sus actuaciones. Aglutinador de talento y de trato afable, es un dj y productor lleno de amigos en la ciudad condal y en todo el mundo. Muchos de esos amigos vienen de su época en la que estuvo de residencia en la academia musical de RedBull, la RBMA. Su último álbum lleva el título de “Relationships” donde cuenta con colaboradores como Novelist, 21 Savage o Bulletproof Dolphin.

Será el encargado de salir después de Fat Freddy’s Drop y un poco antes de De La Soul. Complicado encaje, aunque no dudó de darle un flow muy hiphopero y neoyorquino. Su trabajo como productor acumula nombres como: Run The Jewels, Hudson Mohawke, Azealia Banks, Action Bronson, Baauer, Dj Rashad, Prefuse 73 o ILoveMakkonen. Su estudio está en el barrio de Greenpoint en NY. Y no dudes que algún día hasta tú podrías visitarlo, pues lo decíamos antes, es muy fácil acercarse y hacerse amigo del carismático y musical Nick Hook. Nada de pretensiones, solo música y ganas de pasarlo bien en el escenario Pub del Sónar.

 

The Black Madonna

Sabiduría, compromiso y baile

En constante ebullición vaya si cerró bien esta edición. Marea Stamper es ya reconocida como una voz necesaria en la electrónica de baile. Residente del Smart Bar de Chicago, volvió de noche a repetir un set que le hizo muy conocida en la ciudad condal. Sabiduría, estilo y capacidad para divertirse y contagiar al público con su personalidad expansiva y abierta. ¡Incluso Iggy Pop se ha declarado recientemente fan! Este año, y tras una gira por Estados Unidos bajo el nombre de “We Still Believe”, por aclamación popular volvió al festival, pinchó en el Pub y en horario estelar. Hasta que salió el sol, de ahí que su último tema era una versión electrónica, aunque lenta, del “Here Comes The Sun” de los Beatles.

La fama no le sobrevino de la noche a la mañana, siempre implicada en la escena musical americana. Desde que se instaló en Chicago, dejando de lado su Kentucky natal. Va de acierto en acierto y acumulando seguidores allí donde va. No deja de acudir a charlas y a mostrar su activismo respecto a la comunidad LGBT, el feminismo y la causa queer. Actualmente trabaja en un track con Robyn y sigue sorprendiendo a propios y ajenos con su compromiso musical, artístico y activismo en cuestiones de género e injusticias que no superamos y requieren toda nuestra implicación.

El cierre y la sesión salieron mejor de lo que se podía esperar. Competía con Marco Carola en el Club. Y creo que por segundo año The Black Madonna ha vuelto a dejar claro que disfruta mucho Barcelona y, lo más importante, su compromiso con la música electrónica de baile.

 

Vitalic -ODC live

 


Bombo, fuzzy disco, luz y color

Para servidor fue con certeza la sorpresa del día. Volvió con “Voyager” a la primera línea de la escena internacional. Productor francés con miles de seguidores esparcidos por todo el planeta. Mantuvo coherente y sin fisuras su propuesta que mezclaba mucho techno, sonidos del espacio exterior y en un punto álgido soltó un tema clásico del disco y se quedaba tan ancho. Mucha excentricidad sonora que era bailada de forma tan masiva que muchos no podían pasar más allá de las puertas la primera media hora de show. Lástima no poder buscar el mejor lugar para esas ráfagas de visuales y sonidos extraterrestres (consejo: mientras más cerca de la cabina de los ingenieros de sonido mejor).

Pascal Arbez-Nicolas celebra 15 años como Vitalic con una dedicación completa a lo que él llama como “fuzzy disco”. Con Miss Kittin como colaboradora y remezclando a leyendas como Supertramp, prometía un directo y puesta en escena al nivel de la trayectoria de los otros representante del “french touch” como Justice (que también vaya tralla, tela o cruz), Daft Punk (con el que Vitalic nunca se ha comparado, aunque no les pierde la huella) o el sello Ed Banger (sello amigo del festival). Y fue así. Quizás la mejor actuación de la noche por la elegancia, la carencia de espacios muertos y el bombo gigantesco; también a nivel lumínico (y eso que entran en la comparación Justice y Prydz, es una declaración suicida, lo sé, pero qué puedo hacer si no pude parar de bailar o apartar la mirada del escenario). También ha recuperado esa ola francesa de disco cósmico que sigue la estela de maestros como Giorgo Moroder, Cerrone (también paisano y que tocaba durante las primeras horas su disco remezclado con mucho bombo para adaptarse al Club) y Patrick Cowley.

La aparición de Vitalic a principios de la pasada década, con bangers de la talla de «Poney» (International Deejay Gigolos, 2001) o «My Friend Dario» (Different, 2005), supuso un cambio de estadio en la escena francesa tras el reinado del french touch a finales de los 90, insuflando vida y energía a la fórmula del disco-house filtrado. Una de las grandes apuestas para la noche del SónarPub y de los conciertos más presenciados y hasta con sus aglomeraciones que hicieron a muchos desistir. Lástima, este espectáculo era un deber, obligación. Lo malo. Coincidía con Eric Prydz por lo que tuve que practicar un poco el tema de la bilocación.


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