Crónica Anna Calvi, 10 de diciembre, La 2 de Apolo,
Escrito por scannerFM el 11/12/2013
Anna Calvi abrió su actuación de Barcelona con unos minutos musicales sobre un escenario vacío para conseguir un silencio de la audiencia y generar una expectación en el público sobre el directo que iba a interpretar a continuación. En su anterior visita a la sala KGBempezó con el tema instrumental que abre su primer disco Rider to the sea y muchos hubiéramos preferido esa intro. Acto seguido rescató Suzanne & I para empezar a tejer ese escenario árido, melancólico y angelical en el que convirtió la sala 2 del Apolo. Eliza y Suddenly acompañaron a la cantante inglesa en sus primeras composiciones muy correctas de su segundo disco One Breath. Parecía transmitir poca emoción en directo o quizás la misma que al escuchar sus discos pero todo cambió cuando empuñó la guitarra y sacó su furia.
La sala se iba convirtiendo en una especie de teatro con una audiencia muy respetuosa mientras cantaba y muy exaltada mientras desaforaba estruendosa con la guitarra. La banda que la acompaña sostiene perfectamente los tiempos con una batería que llena perfectamente los espacios sin querer demasiado protagonismo pero sí marcando la pauta de su puesta en escena a una diva oscura. Dos teclados y percusión aportan el marco ideal para el lirismo de la londinense.
Anna tuvo episodios brillantes como su primer momento en el que se sale con emoción a borbotones de las seis cuerdas de su guitarra combinado con pasajes casi cinematográfico a lo Lynch al narrar desde el escenario liberando demonios. Hay algo catártico en la actuación de esta noche .
En el tema Love won’t be leaving, Anna Calvi intenta repetir su momento de gloria guitarrera pero cuando consigue el silencio de la banda apoyado por una simple maraca marcando el compás arranca su solo de guitarra con más fuerza y volumen que destreza y deja un poco descolorida la canción pese a la exaltación del público.
Calvi dejó fuera de su repertorio un clásico del primer disco como Blackout pero acabó su actuación con una acertada Jezebel, clásico de Edith Piaf que la lanzó a ganar buenas críticas de prensa especializada en sus inicios. Anna Calvi se vuelve a ganar a un púbico totalmente entregado a ella y se despide con la misma grandeza con la que subió al escenario para dejar un buen sabor de boca de su actuación barcelonesa.
antisilicon / 22/02/2014, (19:27)
No muy de acuerdo con la reseña…¿Más fuerza y volumen que destreza? Anna trabaja la guitarra de una forma bastante complicada..Palabra de músico!