Cara•B, el festival de música indapanden de moda
Escrito por Isabel Sanchez-Vallejo el 22/02/2017
¿Harto de sufrir con los sudores ajenos? ¿Harto de pelearte con guiris borrachos por conseguir transporte de vuelta a casa? No sufras, en nuestra querida Barcelona de Airbnb todavía quedan festivales indapandents y el Cara B es el mejor de ellos. Aquí nuestra crónica y fotos de su tercera edición.
Para todos los públicos y bolsillos y con una oferta que incluía a estrellas emergentes y consolidadas, el nuevo festival de moda nos reunía el pasado viernes 17 en una Fábrica Fabra i Coats con el cartel de soldout colgando.
Alien Tango y Yumi Yumi Hip Hop ponían la nota de color en una jornada de sonidos urbanos y bailables que dio comienzo para la mayoría con la nueva diva del dancehall catalán: Badgyal. Una artista 2.0 en toda regla que sin disco ni discográfica ha conseguido abrirse paso en un mercado sexista en el que faltan mujeres empoderadas con un discurso tan claro como el suyo que va más allá de idiomas y etiquetas. Ojo con ella, el Pussy K Mana va sobrado de tablas y carisma.
Como salido de uno de sus incontables videoclips, el canario Bejo la seguía en el escenario para dar de comer (literalmente) a una audiencia deseosa de contornearse con los incontables hits Youtuberos entre los que sonaron Mala o La Colada. Un fenómeno vacilón quasi mainstream con un imaginario muy particular y millones de visitas y rimas ácidas. Si no has visto sus videoclips no lo entenderás, y si los has visto… ¿está el directo a su altura?
Acabado el baño de masas llegaba el turno de los madrileños Agorazein, un combo liderado por C. Tangana que lleva meses recorriendo nuestras salas y que ha ido perfeccionando la puesta en escena paso a paso, trazo a trazo hasta llegar a la actual. ¿Qué más podemos decir que no se haya dicho ya sobre ellos? Las nenas están loquitas, pronto les ficha una major y se convierten en la nueva boyband de moda.
Los 20 años del Hecho es simple nos devolvían a un Mucho Muchacho con actitud y ganas de hablar en su segunda actuación/homenaje al disco que le encumbró. El de 7 Notas 7 Colores jugaba de nuevo en casa y lo hacía junto a un Mbaka con mucha labia y con sorpresas como la de Juan Solo que marcaron la diferencia sobre su anterior concierto. Con esos Ojitos, Amor y Plata o Hecho es Simple sonaron atemporales y se confirmaron como los grandes clásicos que son.
El rock garajero de los neoyorquinos Las Rosas nos devolvía el sábado a la fábrica con un
público un poco más senior pero igual de entregado. En su primera visita a Europa el trío iluminó a todos los asistentes a base de melodías pop de contundentes ritmos que esperamos que vuelvan a traernos pronto.
Los navarros Kokoshca venían a presentar en exclusiva los nuevos temas de su cuarto álbum: “Algo Real”. Un disco que parece encandilar a sus seguidores a juzgar por los gritos de más de uno pero que se queda corto para muchos de nosotros.
Pero tranquilos, si la noche del sábado tenía un nombre era el de Nueva Vulcano. La visita del clásico barcelonés es siempre motivo de celebración, aunque no sea con motivo alguno. Porque la del sábado parecía una reunión de amigos en la que estaban invitados desde los de siempre, las canciones más antigüillas, hasta los recién llegados. Artur Estrada y los suyos hacían una demostración de por qué se han convertido en el icono que son disparando hit tras hit en la mejor forma física hasta hacer caer la valla de seguridad que el día anterior sólo había tambaleado.
Y una vez caída, Joe Crepúsculo subía al escenario para pisotearla. La reciente aparición de “Disco Duro” era la culpable de que viniera con las pilas cargadas y dispuesto a rompernos. Bailes, palmicas y mucho bacalao, la combinación perfecta para el sábado noche. ¿Hay algo más que añadir?
En una Barcelona en la que el hateo es el nuevo fenómeno fan y en la que la más de uno ha empeñado órganos por abonos, que una propuesta alternativa e hibernal como es el Cara B consiga atraer a un público tan variopinto con una oferta prácticamente 100% nacional es todo un logro.
Desde aquí mi más sentida enhorabuena.
Crónica: Isabel Sánchez-Vallejo