Cruïlla 2023 crónica de un gran festival. El Cruïlla es un festival de primera división que se mueve entre los puestos más altos de la clasificación general y ya juega la Champions. Lo hace por pleno derecho y con posibilidades reales de ganarla. Compite con otros festivales catalanes convocando cantidades importantes de público local al que se empieza a sumar público internacional. En su mayoría, latino y eso es una buena noticia. Siempre se ha sido considerado Cruïlla como un festival cómodo donde se respeta al público y a los artistas por igual. Celebramos que asi sea. Además, manifestaciones culturales como la comedia, el arte urbano o valores como la ecología y los derechos humanos son puntal básico del festival. El exceso de público y que, como prensa, no pudiéramos acceder a la zona profesional donde poder descansar son los dos únicos inconvenientes de un festival que es ya una referencia ineludible.

El miércoles de música urbana.
Se abrieron las puertas diez minutos antes de los primeros conciertos y las actuaciones de Triquell y de Lia Kali empezaron con poco público. Acabó con una buena convocatoria cuando interpretaron Jugular o NPC en un concierto con una buena puesta en escena donde desgranaron canciones de su primer trabajo «Entre Fluids» al que añadieron la versión de Enemy de Imagine Dragons. Destacar el buen gusto a la hora de seleccionar el cartel del primer día donde congregaron propuestas como Sen Senra, Santa Salut o Delaossa.
El jueves latino
Brillaron, además de Omara Portuondo, Tash Sultana o Los Van Van, el incombustible Rubén Blades que se mantiene en plena forma. Nos dio una lección de salsa de calidad, acompañado de una orquesta de talentosos músicos y de una lucidez envidiable cuando rememoraba algunos de sus clásicos como Te están buscando, Esa casa, Buscando Güayaba o su propia versión del Pedro Navaja para cerrar la actuación.
La primera gran jornada
El viernes empezaban las actuaciones estelares del Cruïlla Comedy. Ahora ya las cantidades de público eran considerables y nos movíamos entre la gente para disfrutar de actuaciones memorables. Cala Vento que llenaron el escenario con grande dosis de punk, energía y directo aplastante. Repitieron esquema, más tarde, Carolina Durante ante un público volcado y con ganas de disfrutar de las melodías incendiarias de los madrileños. Capítulo aparte, la actuación de Sigur Rós, Franz Ferdinand y The Offspring, grandes cabezas de cartel. Los californianos están en plena forma, los islandenses interpretando majestuosamente su repertorio aunque no era el lugar ni el momento adecuado para una actuación como esa.
Los escoceses haciendo gala de su savoir faire congregando a fieles seguidores en el escenario Intermon Oxfam. Es una lástima que algunas personas del público en conciertos como el de Franz Ferdinand no trate de igual manera al festival. Ejemplo de ello las cuatro niñas hipipijas en la barra riéndose con prepotencia de espectadores a quienes interesaba una banda que había congregado a más gente de lo esperado, repitiendo «Escolta nena» a modo de guasa a una fan a la que increpaban porque no tenían otra cosa con la que divertirse. Suerte que abandonaron el concierto después del hit Take me out.
Se le debería pedir a los cabezas de cartel que empezaran el concierto con los éxitos para que el público que les sigue pueda disfrutar del concierto sin el agobio de la gente con abonos que va al concierto porque hay que ir aunque les importe bien poco el grupo en cuestión.
Dépedida y cierre
El sábado era el último día y bandas del país como Antònia Font, Suu o Stay Homas se repartían el protagonismo con propuestas internacionales como Placebo, Moderat o Parov Estelar que despedían una edición del Cruïlla en la que muchos despedían el festival sabiendo que el año que viene volverían a verse las caras con una de las propuestas más eclécticas de los festivales nacionales. Felicidades Cruïlla.
Autor
scannerFM
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