El décimo aniversario de Royal Blood: crónica desde Razzmatazz

Escrito por el 19/07/2024

Para muchos, la entrada en escena de Royal Blood allá por el 2014 fue la llama que volvería a prender la mecha del rock. El impacto que tuvo en ese momento y los elogios de la prensa y público a partes iguales les hizo merecedores de alcanzar el número uno en las listas británicas, con nominaciones a diferentes premios, incluyendo el de mejor álbum por la prestigiosa Mercury Prize. Ahora, visto con perspectiva, tras cuatro discos y diez años de ese homónimo “Royal Blood”, diría que ni han salvado el panorama y mucho menos son los salvadores de rock, pero sí un dúo con mucha creatividad y potencia a la hora de llevar a cabo tanto sus delicadas producciones como sus explosivos directos.

Foto: Instagram Royal Blood

Su sonido, que abarca géneros como el garege rock, el blues, el rock más sureño o la energía del Stoner dejó una noche con grandes momentos y trallazos que cayeron como bombas en un Razzmatazz que, a pesar de lucir una buena entrada de público, no colgó el cartel de sold out (algo raro últimamente). Con una puesta en escena basada en un juego de luces tan básico como efectivo, Mike Kerr (voz principal, bajo y teclados) y Ben Thatcher en una batería dispuesta en una tarima elevada desengranaron de cabo a rabo ese genial debut, las diez canciones fueron en orden cronológico, la intensidad con la que arrancaron con Out of the Black no hizo más que crecer con temazos como Figure It Out o las salvajes distorsiones de You Can Be So Cruel muy en la onda de los primeros Queens of the Stone Age. Una de mis preferidas de ese disco y en general de la trayectoria de los de Brighton es Blood Hands y escucharla en directo con esas subidas y potentes riff es un regalazo sonoro y más cuando te paras a pensar que ahí no hay guitarras, solo un buen puñado de bajos modificados para que la pista octavada cumpla la función de guitarra y bajo al mismo tiempo, todo eso acompañados de un montón de pedales que proporcionan distintos efectos y un sonido tan peculiar como único. La aportación de Darren James en directo a los teclados y coros aportaron un plus extra, con un sonido más sólido y contundente que hizo de la primera parte del concierto un viaje frenético gracias a temas como, Loose Change, Careless, Ten Tonne Skeleton o una brutal Better Strangers que al igual que en el disco, cerraría el primer bloque de la noche.

Tras el trámite de despachar todo el grosor del primer disco, era hora de repasar su discografía con un buen puñado de hits más, siendo su tercer disco, “Typhoons” (2021) el que más aportó a esa segunda parte del show. Contundentes sonaron Boilermarker, Limbo, o una bailable Trouble’s Coming con ese ritmo funky, imposible hacer oídos sordos a esa invitación ala pista de baile. También cayó la que da nombre al mismo disco, todas ellas muy bien recibidas, pero sin la euforia de las que habían caído antes.
La complicidad entre Kerr y Thatcher es total y esa química es visible, siendo un hilo conductor para que todo se desarrolle en armonía. Lights Out, de su segundo disco “How Did We Get So Dark?”, sería la encargada de poner el punto final, para que poco después remataran con una potente Hole muy al estilo de Jack White, tanto en la interpretación como en ese contundente blues llevado al extremo, sin duda uno de los mometazos. How Did We Get So Dark? Pondría el punto final a una buena noche de rock and roll, donde Royal Blood siguen su ascenso al olimpo del rock, del que para mí todavía siguen estando lejos.

Texto: Manel Ferrer
Imagen: IG Royal Blood · Razzmatazz, 2024


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