#FIB2014: crónica del 20º aniversario del FIB (1995-2014)
Escrito por Manel Ferrer el 24/07/2014
Texto: Manel Ferrer
Fotos: Toni Rosado
El 20º aniversario del Festival Internacional de Benicàssim ha dado para mucho: risas, bailoteos, gente, pero sobretodo conciertos, muchos conciertos. El FIB ha conseguido pasar con muy buena nota la celebración de estos 20 años de vida con conciertos memorables, siendo Kasabian, Jake Bugg o The Libertines los triunfadores de esta edición. Sin muchos cambios en el recinto respecto a pasadas ediciones, FIB 2014 se desarrolló con total normalidad, sólo el diluvio que azotó Benicàssim el viernes a eso de las 22:00 horas hizo peligrar los conciertos programados. Al final todo quedó en un buen remojón más la ausencia de imágenes en las pantallas de todos los escenarios, las cuales no funcionaron en toda la noche a causa de un fallo eléctrico producido por la tormenta.
La jornada del viernes comenzó en el escenario Trident (el segundo más grande de los tres que hay en el festival), el cual fue testigo de la increíble tromba de agua que cayó durante gran parte del concierto de of Montreal. El recuerdo que tenía de los de Georgiahizo que me creara unas expectativas que no se cumplieron del todo, aún siendo un buen bolo y con un setlist de lo más acertado faltó el peculiar show colorista y las coreografías que Kevin Barnessuele llevar a cabo en sus directos. El líder de la banda fue a por faena y no se mostró tan cercano con el público como en ocasiones anteriores.
Aun así los americanos dejaron momentos memorables con temas como Bunny Ain’t No Kind of Rider, Oslo In The Summertime o She’s a Rejecter. Lástima del aguacero ya que gran parte de los asistentes corrió a refugiarse de la que estaba cayendo.
Me quito el sombrero ante Jake Bugg: el jovencísimo chico de Nottingham conquistó a todo un FIB tan solo un año después de su paso triunfal por el festival de Benicàssim. A diferencia del año pasado, el británico se presentó en formato banda y no en solitario, cosa que hizo que sus temas cogieran más consistencia, pero el joven cantautor va sobrado, sobre todo cuando da rienda suelta a las cuerdas de su guitarra y hace cosas tan maravillosas como Seen It All, Ballad of Mr Jones, Two Fingers o Messed Up Kids.
La parte más roquera se la guardó para el final con Kingpin, Slumville Sunris o Lightning Bolt con la que cerraba un concierto que recordaré por mucho tiempo. Un folk rock muy bien trabajado, una increíble voz y una actitud nada acorde con su edad hicieron que Jake Bugg nos robara el corazón a más de uno, evocando siempre a sus queridos The Beatles, Johnny Cash o al mismísimo Bob Dylan.
Otros que volvían al FIB eran el quinteto australiano Tame Impala. Eso sí! Pasando de ser un grupo de relleno para los conciertos de primera hora de la tarde a tocar a medianoche y ser uno de los principales reclamos del cartel. Kevin Parker y los suyos aportaron el toque hype de la noche, haciéndonos viajar entre la psicodelia y las raras, pero increíbles visuales.
Un viaje de finas texturas ácidas que te podían hacer viajar si cerrabas los ojos y te dejabas llevar al ritmo de Be Above It, Why Don’t You Make Up Your Mind, Endors Toi, Elephant o el ya himno Feels Like We Only Go Backwards…
Con un final apoteósico donde dieron rienda suelta a las guitarras distorsionadas mientras Apocalypse Dream era como un escalofrío que seguro hubiera impactado al mismísimo Syd Barrett.
La gran masa de gente corriendo hacia el escenario Maravillas avecinaba lo que nos esperaba. Kasabian era el reclamo de la jornada y los de Leicestershire no decepcionaron para nada. La espera a los británicos se hizo más amena ya que el escenario lucía una pantalla gigante donde una cuenta atrás en formato portada de su último álbum “48:13” puso aún más intriga a lo que estaba por venir.
La garra que tienen Kasabian encima del escenario es innegable y más aún cuando saben jugar tan bien sus cartas. Un setlist perfecto donde rescataron gran parte de sus éxitos, exprimiendo al máximo todos y cada uno de sus cinco discos. Su recién estrenado nuevo álbum quedó en un segundo plano cuando sonaron temas como Empire, Take Aim o Fire, con la que cerraron un concierto para enmarcar.
Llegadas las tres de la madrugada empezaba la hora más discotequera por llamarlo de alguna manera, porque la verdad es que la cosa no estaba para tirar cohetes, quizás algún nombre más o un buen cabeza de cartel para el cierre es lo que faltó. Estuvimos un rato en Aeroplane pero sin mucho que contar ya que el productor belga no convenció demasiado y tiró de una música de lo más comercial para nuestro gusto, al final terminamos en el FIB Club con una muy buena sesión de Smart (residente del club murciano Ocho y Medio), quien con gran habilidad en las mezclas desgranó uno a uno todos lostemazos de Blur, The Stone, Roses, Bloc Party, Primal Scream o Joy Division, sólo por mencionar algunos.
La jornada del sábado nos dejó gratas sorpresas. Las más de dos décadas que llevan Manic Street Preachers no sirven para que los de Gales pierdan nada de ese carisma que la banda, y sobretodo su líder James Dean Bradfield, transmite en sus directos, aunque más discutibles son sus recientes trabajos… Pero como era de esperar, James Dean Bradfield, Sean Moore y Nicky Wire tiraron de sus viejas glorias y desde un principio se les vieron las intenciones con temas como Motorcycle Emptiness, Your Love Alone Is Not Enough o You Stole the Sun from My Heart.
Uno de los momentos más emotivos del concierto fue antes de interpretar Revol, donde tuvieron un momento para recordar al desaparecido Richey James Edwards, amigo y antiguo miembro de la banda, también autor del tema.
Un concierto que fue como un tiro y que hasta el final fue un auténtico derroche de calidad, dejándose para los bises temas como Tsunami, muy celebrada por todos; rescatando su clásico de 1992, You Love Us o cerrando con un himno como es If You Tolerate This Your Children Will Be Next, momento mágico donde todo el mundo terminó abrazándose a sus parejas o amigos mientras tatareaban el estribillo del tema. Final apoteósico donde consiguió emocionar al respetable. Larga vida a los Manics.
A pesar de que el pop de Lily Allen no es lo mío, tengo que reconocer que la productora londinense trajo con ella un espectáculo de lo más vistoso, aunque un poco aburrido cuando llevas más de media hora en uno de sus conciertos: biberones gigantes que cambian de color al ritmo de la música, unas muy buenas visuales y hasta un grupo de bailarinas que iban saliendo en diferentes temas para hacer sus coreografías al ritmo de Lily.
Una muy buena banda de músicos que acompañaban a la joven artista sumada a la buena voz que derrocha Lily Allen hizo que estuviera más tiempo en el concierto de lo que yo mismo esperaba. A pesar de mis sensaciones, el público disfrutó de su nuevo álbum ‘Sheezus’ y se lo pasó en grande con temas como Fuck You, 22 o Smile.
Con muchas ganas nos dirigíamos al escenario Trident para ver a Cat Power. La primera cosa que nos sorprendió fue la poca gente que se encontraba congregada para ver a la estadounidense flirteando con sus melodías perfectas y tan bien curadas. El concierto, que fue prácticamente igual al del año pasado en el festival Cruïlla de Barcelona, pecó en algo y todavía no sé en que, y no lo decimos por los problemas de sonido que tuvo en todo momento.
Cat Power es Cat Power y el hecho de no haberla encontrado a la altura no significa que no fuera un gran concierto. El simple hecho de escuchar esa increíble voz que te invita a un viaje melancólico pero optimista siempre es de lo más gratificante. No pude ver el final ya que me encontraba buscando un buen sitio para ver a The Libertines, pero por lo que sé, terminó regalando flores a todo aquel que estaba en las primeras filas. ¡Muy grande!
Cuando el FIB confirmó a The Libertines se llevó el gato al agua, ya que todos sabemos el reclamo que la banda británica suponía para cualquier festival. La inminente reunión y la noticia de que en breve tendremos tercer disco de The Libertines habían generado un buen revuelo durante los días previos al festival.
Las expectativas se cumplieron y el escenario Maravillas se abarrotó de una manera exagerada. Muchas dudas antes del concierto ya que se creía que sería un fiasco: no nos engañemos, todos sabemos que esto es una gira saca pasta. También cabía la posibilidad de que Pete Doherty no aguantara de pie más de tres canciones, dudas que se desvanecieron en cuanto la banda salió al escenario enfundados en la misma lona que lucían sus escenarios en sus primeros conciertos.
El concierto, que para el que firma estas líneas fue el mejor del 20º aniversario del FIB, dejó hasta 22 temas y la sensación de que Pete Doherty ha madurado. La buena sintonía que se apreció en todo momento entre Doherty y Barat, que no pararon de compartir micrófono y hacerse gestos cariñosos, se transformó en algo soberbio donde la actitud que derrocharon fue más que seria.
El post-punk revival, como muchos lo llaman, consiguió armar un buen follón entre el público, ya que inmensos pogos te aplastaban mientras vasos de cerveza (o quién sabe qué) volaban por encima de ti, y es que temas como Vertigo, Campaign Of Hate, Time For Heroes o Can’t Stand Me Now volvieron loco al personal. El setlist dio para mucho y repasaron casi todos los temas de sus dos discos, incluso se atrevieron con Albion, de Babyshambles, o dejándose para los bises Up The Bracket. Casi nada. Aún siendo un gran seguidor de la banda, antes del concierto hubiera firmado por un 50% y nos regalaron un 100%. ¿Que más se puede pedir?