Idles en Razzmatazz: crónica de su imponente directo
Escrito por Manel Ferrer el 13/03/2022
Sala Razzmatazz 1, Barcelona · Miércoles 9 de marzo de 2022
Con un sold out más que justificado, Idles hizo redimirse a más de uno que volvía a asistir a un concierto después de una pandemia de más de dos años, en la que la escasez cultural y la música han sido un total infierno.
Mucho ha llovido desde que la banda británica irrumpiera con su «Brutalism» (2017); ahí empieza la historia de esta banda de Bristol, muy lejos del trip hop, sonido por la que es conocida esta pequeña ciudad del sur de Inglaterra, y que vuelve a estar en boca de todos gracias a la genialidad de estos cinco salvajes. Idles es energía en estado puro y así lo demuestra con cada uno de sus discos, desde el ya mencionado debut al recién estrenado «Crawler» (2021), producido por el propio guitarrista de la banda, Mark Bowen, y Kenny Beats.
El quinteto capitaneado por el incombustible Joe Talbot hace alarde de una creatividad y un derroche de destreza que los ha colocado en el olimpo del rock, siendo un reclamo de primera línea. Sus cuatro discos han cosechado grandes críticas y reconocimiento sin fronteras por la prensa especializada y público a partes iguales, han dado con la tecla y, lo que termina por matar a muchas bandas, a Idles lo refuerza; y no lo digo por su última publicación donde la experimentación hace hincapié en muchos de los temas, bajando incluso al sótano de la rudeza, consiguiendo un sonido punzante, donde el punk, el post-punk o el hardcore son llevados al extremo de una manera magistral.

La sala Razzmatazz fue testigo del altísimo estado de forma que gastan los de Bristol, del primero al último tema encima del escenario: sus conciertos son sinónimo de furia, sudor y una intensidad descontrolada que hacen que cada uno de los cortes se eleven a otro nivel. Arrancar con Colossus fue una declaración de intenciones que puso la sala patas arriba de primeras y si eso lo enlazas con los ritmos quebradizos de Car Crash, ya tienes un buen follón montado. «Joy As An Act Of» fue el que más aportó a un setlist de casi veinte canciones que alternaron entre toda la discografía y que se desarrolló en poco menos de una hora y media. Sus abrasivos conciertos son de una carga político-social muy contundente y combativos, con letras siempre críticas y muy sarcásticas. Mr. Motivator y Grounds, de su anterior trabajo «Ultra Mono» (2020), nos llevarían hasta su primer disco, con una Mother muy subida de revoluciones que daría paso a The New Sensation, estratosférica, de ritmos rotos.

A estas alturas necesitábamos un respiro para coger aire y The Bachland Ballroom, con bola de discoteca incluida, cumplió con su cometido gracias a un sonido atmosférico de ultratumba. Las concesiones se habían terminado, Crawl! irrumpía entre caras de satisfacción, puede que una de las que más me gustó, y es que Joe Talbot es un puto espectáculo. Mientras las guitarras estaban al límite, la batería estaba magistralmente aporreada por un Jon Beavis desbocado, y es que aquí nadie se guarda nada, todavía me pregunto cómo son capaces de tocar a este ritmo dos noches seguidas.
1049 Gotho y una oscura The Wheel, solo por mencionar algunas, nos llevarían a un final de infarto, sin bis, pero con una magistral Danny Nedelko de actitud oi. Rottweiler pondría la guinda a un espectáculo memorable donde la complicidad entre todos lleva al mejor de los puertos; por poner un pero (y no quiero parecer quisquilloso) me faltaron Stockholm Syndromed y Progress, temas a los que les tengo especial cariño, pero ni un reproche más a lo que fue una noche para el recuerdo. Idles han pasado de ser una banda revolucionaria a ser una de las bandas más queridas y consolidadas del circuito, dando un giro más a lo que es el punk o lo que debería ser.
Texto: Manel Ferrer
Fotos: Toni Rosado

José Luis / 15/03/2022, (22:23)
Excelente crónica y excelentes fotos.