#lode2manydjs: fin de fiesta del 14º aniversario de Razzmatazz
Escrito por Manel Ferrer el 26/12/2014
El sarao que tenían preparado 2manydjs en Razzmatazz venía marcado por el set que los mismos compartirían con el inglés Erol Alkan, Relaxed Muscle (Jarvis Cocker y Jason Buckle), el canadiense Tiga, Rory Phillips o Nancy Whang, entre otros. Pero como no somos omnipresentes ni tenemos el poder de dividirnos, optamos en focalizar la noche entre la sala 1 y la Pop Bar, ¡aunque eso sí!, picoteando un poco de aquí y otro de allá.
El hecho de ver en la pasada edición del Sónar a los hermanos David y Stephen Dewaele junto a James Murphy pronosticaba algo gordo en el segundo round de #lode2manydjs, celebrado el pasado 20 de diciembre en la sala barcelonesa. Pero no nos engañemos, lo del pasado junio en el marco del Sónar de Día es prácticamente insuperable, las seis horas diarias regalándose con temas de su propia discoteca rindiendo tributo a míticos clubs, como el Paradise Garage de Nueva York, dejó uno de los directos del año, muy lejos del dj set que se marcaron 2manydjs junto a su amigo Erol Alkan.
2manydjs ya no son desde hace mucho tiempo aquellos increíbles y virtuosos con una habilidad sin límites a la hora de ejecutar sus sets. Sus sesiones, mucho más enfocadas al techno y unas mezclas más facilonas, hacen que ya no sean una montaña rusa de estilos donde los hits eran una seña de identidad. Pero como se suele decir… el que tuvo retuvo, y los belgas nos brindaron un set divertido, preciso y muy bien ejecutado. A diferencia de la primera noche, no hubo visuales, cosa que se echó de menos y que hubiera redondeado aún más la velada.
Del buen rollo que se pudo apreciar en todo momento entre los hermanos Dewaele y Erol Alkan detrás de los platos salieron cosas más que buenas, sobretodo techno de la vieja escuela, se escuchó a Felix Da Housecat, Donna Summer, Tiga, Vitalic o el tremendísimo ‘E-Talking’ de Soulwax. Entre mezclas, temazos y un “ahora tú, ahora meto yo este tema” se esfumaron las tres horas que tenían programadas estos tres monstruos, dejando a un público sudoroso de tanto bailar y más que satisfecho con lo que acababan de ver.
Aún se escuchaban los últimos coletazos de 2manydjs y Erol Alkan en la sala 1 cuando cayó la cortina del escenario y nos encontramos a un Rory Phillips acompañado por su bajista (también encargado de los sintes) y un sublime batería. Las ganas de ver el proyecto de Jarvis Cocker y Jason Buckle en la Pop Bar hicieron que solo pudiéramos disfrutar de un par de temas del Mixed Fortunes Live que Rory Phillips tenía preparado. Otra vez será.
La sala Pop Bar fue testigo de algo memorable, y es que el dúo electrónico Relaxed Muscle, bajo el que se esconden el gran Jarvis Cocker (Pulp) y Jason Buckle (All Seing I) consiguieron armar un buen follón. El show ofrecido por los de Sheffield dio para mucho. Cocker enfundado en una especie de top de rejilla, vestido de esqueleto y con toda la cara pintada a modo de calavera y unas gafas de lo más freak, fue el encargado de llevar el peso de la actuación. Bailes provocativos y poses sensuales e inigualables mientras micro en mano cantó algunos de los temas de su «A Heavy Nite With…» (2003), primer y único largo hasta la fecha.
Jason, un poquito más modosito tras los platos y guardando las formas, iba con mono de currante naranja, una especie de collar hecho de luces de navidad, gorra jamaicana y gafas de sol. Lo que se dice un cuadro flamenco, ¡vaya! Con un Jarvis desbocado y ya más lejos del micro, el show se fue dirigiendo hacia un set donde se fue cociendo una sesión en la que el pop y el rock ganaban terreno a la electrónica, repasando grandes clásicos de ayer y de hoy, todo ello ejecutado en vinilo, cosa cada vez más difícil de ver en los tiempos que corren.
Si tener a un artista de la talla del líder de Pulp a escasos metros ya es algo que a cualquiera le haría caer la baba, imagina poder disfrutar de un Jarvis Cocker de lo más entregado en todo momento: no dudó en beber de las copas que la gente le ofrecía, bailó y se lo pasó en grande haciendo el payaso y lo que le venía en gana, y nosotros, claro, la mar de contentos, porque ver a un Jarvis Cocker en su faceta gamberra y pasado de vueltas, no tiene precio.
Así se cerraba una gran noche donde el único pero fue la poca asistencia de público, quizás el elevado precio para muchos (el cartel lo valía) y con las navidades a la vuelta de la esquina hizo que muchos se perdieran la última gran fiesta de este 14º aniversario de la sala Razzmatazz.
Texto: Manel Ferrer
Fotos: Toni Rosado