MEO Kalorama 2024: crónica del viernes
Escrito por Manel Ferrer el 07/09/2024
Crónicas de MEO Kalorama 2024: jueves | viernes | sábado
Inaugurábamos la segunda jornada del festival en el escenario San Miguel para disfrutar del dúo que forman Alison «VV» Mosshart y el guitarrista británico Jamie «Hotel» Hince. The Kills es sinónimo de distorsión, lo-fi, garage rock y mucha diversión y así se presentaron ante el público del Parque da Bela Vista de Lisboa, que a diferencia del jueves lució una mejor entrada. Su recién God Games (2023) fue el eje central de un directo en el que no faltaron Baby Says, DNA o Future Stars Slow con la que cerraban un directo contundente, dejando muy buen sabor de boca y demostrando que su sonido no tiene límites. El magnetismo sumado a la puesta en escena de Alison, incombustible al largo de todo el directo, hicieron de este una buena manera de dar inicio a nuestra ruta y prepararnos para lo que estaba por venir.
Jungle asaltó el escenario principal puntual a su cita a ritmo de los primeros acordes de Busy Earnin’ ya con un público festivo y más que dispuesto a disfrutar. La banda británica tiene a sus espaldas una amplia trayectoria musical, una carrera meteórica desde 2014 cuando vio la luz su primer álbum, empezando así la andadura de Josh Lloyd y Tom McFarland. Jungle es fusión, electrónica, pop, soul y funk, su directo en el escenario Meo Kalorama lo corroboró, siendo testigo del derroche de energía contagiosa que desprendieron en todo momento encadenando tema tras tema casi sin respiro. El público quedó maravillado e impregnado de esa fusión musical tan característica de la banda, sumado a su característica estética y un estilo visual acorde a las luces cálidas contribuyendo a una experiencia más inmersiva y dinámica.
«Volcano» se llevó el gran peso del directo con una aclamadísima Back On 74, Candle Flames, I’ve Been Love o Us Against the World, así como los clásicos que hicieron explotar a los asistentes como Casio, Time o Keep Moving, con la que cerrarían su impecable directo. A todo este despliegue musical, cabe destacar la destreza y potencia vocal de la multiinstrumentista Lydia Kitto que acompaña a la banda hace unos años. Una auténtica experiencia visual y auditiva de principio a fin.
El primer de los dos conciertos que Ben Gibbard tenía que dar en el festival, sería con su banda más activa. Death Cab for Cutie, se presentaban con la fragilidad de The New Year que daba por inaugurado un concierto tan bonito como melancólico. Ben Gibbard no se caracteriza por ser un frontman superactivo, aun así, se mantiene en forma y con un estado de voz admirable. El cuarteto de Bellingham repasó joyas como Title and Registration, Expo ’86, Death of an Interior Decorator o A Lack of Color performed. Todas ellas de esa genialidad que es “Transatlanticism”.
Pasados unos quince minutos Gibbard volvía a asaltar el escenario junto Jimmy Tamborello para brindarnos con una interpretación increíble de ese disco tan mítico como necesario en la escena, y es que Give Up marcó a toda una generación y puso a The Postal Service en boca de todos gracias a uno de los mejores discos publicados en 2003. Brillaron Such Great Heights, Sleeping In, la preciosa electrónica de Nothing Better interpretada magistralmente junto a Jenny Lewis, impecable también a la guitarra. En la segunda parte del concierto destacaron We Will Become Silhouettes, Brand New Colony o la versión de Enjoy the Silence de Depeche Mode que se marcaron para poner punto y final a dos grandes conciertos y por fin poder ver de gira a The Postal Service en un estado de forma impecable.
Antes de la media noche el escenario Meo lucía una masiva afluencia y se respiraba en el ambiente nervios por lo que estaba por venir. James Murphy y sus LCD Soundsystem salieron ante un público ansioso del dance-punk y las bombas rítmicas de los de Brooklyn. Aquí no hay discusión, LCD tenían la partida ganada antes de salir y fueron los mejores de la jornada del viernes y junto con Massive Attack los mejores de todo el festival, pero eso ya lo sabíamos. Impresionante la cantidad de artilugios que se repartían por el enorme escenario, quedando pequeño de tantos instrumentos, guitarras, modulares y sintetizadores… Como no podía ser de otra manera una enorme bola de discoteca lució en la parte central del escenario, todo lo demás fue pura poesía, una lección magistral que derrochó calidad y precisión.
El setlist repasó sus cuatro álbumes de estudio, pero muy centrados, sobre todo Sound of Silver (2007) y This Is Happening (2010). Arrancaron con Us v Them y homenajearon el “Radioactivity” de Kraftwerk en I can change. Tribulations, Tonite y Someone Great se enlazaron de manera magistral, Murphy aparte, todos y cada uno de los músicos son de una calidad extrema, una máquina perfectamente calibrada, con uno de los mejores y más potentes sonidos que te puedas encontrar en directo.
Guiños a Daft Punk en una Losing My Edge desbocada y que convirtió todo el recinto de Bela Vista en una auténtica fiesta, con un Murphy dando las gracias de forma tímida y escasa mientras presentaba a sus secuaces.
New body rhumba y Home nos llevarían hasta el gran momento de la noche con Dance Yrself Clean, con un sonido celestial y potente a más no poder, fue sin duda un momento de felicidad absoluta, donde vimos a un James Murphy en permanente trance mientras exprime el micro y los sintes sacuden tu cuerpo con una fuerza difícil de explicar. Tras tal demostración de energía llagaba la calma con una emotiva New York, I Love You but You’re Bringing Me Down y All my friends, tema de extrema exquisitez y que en directo coge fuerza. All My Friends fue la encargada de cerrar un concierto épico en todos los sentidos, demostrando que LCD Soundsystem están a otro nivel.
Folamour fue el encargado de cerrar la segunda jornada del festival, ofreciendo un show house y disco donde los asistentes agolpados en el escenario San Miguel, bailaron y disfrutaron a ritmo de los sonidos frescos y divertidos característicos del artista francés, que se mostró sonriente en todo momento, creando una atmósfera dinámica y de buen rollo que traspasó a un público entregado y sumido a una buena dosis de energía positiva.
Texto: Manel Ferrer
Imágenes: Toni Rosado y Kalorama Lisboa