Paul Weller, 50 años de pura actitud. Crónica desde Razzmatazz

Escrito por el 21/09/2023

Horas antes del concierto, fuera de la sala Razzmatazz, ya se respiraba un gran ambiente y un aura mod por un buen puñado de británicos enfundados en camisas de cuadros y polos Fred Perry que venían dispuestos a darlo todo con el que fuera líder de la mítica banda The Jam. Paul Weller ostenta el título de estrella y embajador británico del mod revival y la noche del pasado lunes hizo alarde de su todavía potente voz en directo. Acompañado por siete músicos, entre los que se encontraban dos baterías, flauta, saxofón y un buen arsenal de guitarras, el productor y músico británico repasó un total de veintiocho temas a lo largo de una actuación de dos horas y que incluyó dos bises. Un generoso repertorio que hizo las delicias de los incondicionales y en el que a mí me costó entrar.

Una enérgica Cosmic Fringes sería la encargada de abrir uno de los conciertos más esperados en la ciudad condal. Entre gritos y aplausos, Weller repasó su extensa discografía de manera exultante, donde su figura parece comerse el escenario gracias a potentes composiciones y sonidos donde el rhythm and blues, el soul o la new wave conviven en armonía.

Will of the People”(2022), recopilación de caras B, y “Fat Pop“, último disco publicado por el británico, se llevaron gran parte del éxito gracias a canciones como Fat Pop, Glad Times o That Pleasure, alternándose con clásicos como My Ever Changing Moods que recordaban su pasado con The Style Council, o la celebrada Broken Stones. Pero los guiños a su pasado de mayor éxito, como no podía ser de otra manera, se los llevó su banda de cabecera, porque cuando hablamos de pioneros en la materia ahí está The Jam.

La banda, que está a punto de cumplir casi 50 años desde su primera publicación, se llevó la parte más happiness de la velada; lástima que solo Star!, y ya en el final con Town Called Malice, consiguieron poner patas arriba una sala totalmente entregada a un frontman que no pierde gasolina y mantiene el nivel a lo largo de todo el set, en el que también escuchamos clásicos como I’m Where I Should Be, Into Tomorrow, o Old Father Thyme. Cortes que dan rienda suelta a la emoción gracias a composiciones de meticulosa producción y a momentos llevados al directo en forma de jam session con un contundente saxofón, flautas psicodélicas y demás artilugios, mientras Weller alternaba las guitarras con el piano dando paso a una de las grandes como es Shout To The Top!, muy celebrada por todos y en la que Steve Cradock, guitarra de los Ocean Color Scene, hizo saltar chispas gracias a una destreza arrolladora para finiquitar con la ya mencionada Town Called Malice de su última publicación con The Jam, cerrando de manera magistral su tour por nuestro país.

Fue un concierto de gran calidad en el que no se le puede reprochar nada o pedir más; aun así, me costó conectar con su mundo y disfrutar como lo hacía el resto de la sala, que realmente se rindió al carismático músico. A sus 65 años sigue sacando buenos discos, unos mejores que otros, pero siempre con cierto criterio y calidad, innovando y haciendo lo que realmente quiere. Es Paul Weller y puede hacerlo.

Texto: Manel Ferrer
Imágenes: Meritxell Rosell

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