Primavera Sound 2022 Weekend 1: crónica del sábado 4
Escrito por Manel Ferrer el 05/06/2022
Nos disponíamos a afrontar la última jornada con el cansancio, pero con la ilusión y la alegría de haber vivido de nuevo otro Primavera Sound y sin ningún tipo de restricción. Lástima que la jornada estuvo marcada por las constantes solapamientos que, según mi hoja de ruta quedaron truncados, teniendo que dejar en la cuneta a nombres de la envergadura de Nick Cave and The Bad Seeds, Napalm Death o Idles. La más jodida fue la de Nick Cave And The Bad Seeds con Bauhaus, que traía un buen revuelo desde que se conocieron los horarios. Nos imaginamos lo complicado de organizar horarios y los motivos por lo que se hacen cosas así, pero realmente es un solapamiento de peso que produjo mucho malestar entre los asistentes. La cosa no termina ahí, ya que Gorillaz y Napalm Death también estaban metidos en el ajo. Aún todavía por celebrarse el segundo fin de semana, ya podemos decir que por el festival ha pasado gente de más de 150 países que han llenado el Parc del Fòrum los tres días en el primer round de una edición que ha ido de menos a más, según se sucedían los días.
Solo entrar al recinto el sábado nos dirigimos hacia el escenario Dice, ya que el gran Dj Harvey estaba dando uno de sus increíbles recitales a base de música disco, cambios constantes de ritmo y registros de todo tipo. El británico afincado en Estados Unidos, deleitó con un set de tres horas del que sin quererlo ni beberlo nos atrapó y nos ancló hasta el final gracias a un set de escándalo, donde no se guardó nada y nos dejó a todos con la mejor de las sensaciones. Empezábamos con el listón muy alto.
Ya que a Nick Cave and The Bad Seeds los hemos visto en las últimas ediciones del Primavera Sound, optamos por la opción menos accesible, Bauhaus, una de esas bandas que merecen mención especial. Rebautizado como gótico, el sonido de Bauhaus es mucho más que eso; de hecho, fueron pioneros en eso de coger el punk en sus horas bajas y darle una vuelta de tuerca para conseguir un sonido que luego desembocaría en muchos estilos y la creación de nuevas bandas. Verles pulverizar su repertorio es todo un lujo, con una puesta en escena donde la oscuridad estuvo presente en todo momento.
“In The Flat Field” tuvo una parte imprescindible en el setlist, la acelerada Double Dare fue una de las grandes, pero cayeron Spy In The Cab, Stigmata Martyr o la que da nombre al disco, pero sin olvidarse de clásicos como In Fear On Fear o She’s In Parties para rematar con covers de David Bowie, T. Rex o Iggy Pop. La figura de Peter Murphy sigue inalterable y todavía presume de voz, conservando actitud y esa aura que les hizo y les hace especiales.
Damon Albarn es de esas personas seguras y con predisposición a montar un buen lio encima del escenario, contagiando al público de su energía y entrega absoluta. La sonrisa más bonita de Londres ya sabía lo que es tocar en el Primavera Sound: sus proyectos al frente de The Good, The Bad & The Queen o Blur ya habían pasado por sus escenarios, así que cuando la banda virtual más famosa del mundo se encontró con un escenario Estrella Damm a rebosar, a Albarn y a sus Gorillaz no les tembló el pulso. La figura de Damon es de esas que intimida y derrite a cualquiera, ganando la partida antes si quiera de empezar.
El tándem que forman Damon Albarn y Jamie Hewlett no es más que artístico, ya que encima del escenario el que lleva la batuta es él. M1 A1 sería la encarga de abrir un repertorio plagado de hits de toda su discografía, enlazados a la perfección con su último «Song Machine, Season One: Strange Timez» (2020) con colaboraciones sonadas como la de Robert Smith para dar vida a Strange Timez, muy celebrada en directo. La mezcla de hip-hop, electrónica, pop o rock hacen de un concierto de Gorillaz, una batidora sonora donde todo fluye, con un Damon en forma de showman, cuando no está al piano o tocando alguno de los muchos instrumentos que pasan por sus manos.
Damon se lo pasa en grande posando y corriendo por el escenario con su peculiar chulería mientras temas como Last Living Souls, Kids With Guns, Rhinestone Eyes o la majestuosa Clint Eastwood con la que cerraron, convirtieron el Parc del Fòrum en la mejor de las fiestas. Mos Def, Fatoumata Diawara o los chicos de De La Soul, entre otros, acompañaron a Damon en su collage sonoro en el que no faltó sección de vientos, cuidando hasta el más mínimo detalle. Gorillaz se coronó como uno de los grandes de la edición 2022. ¿Alguien tenía alguna duda?
Los embajadores del dream pop Beach House volvían al festival que les ha visto crecer para presentar los temas de “Once Twice Melody”, último trabajo publicado por la banda de Baltimore en la que, una vez más, el dúo formado por Victoria Legrand y Alex Scally, consiguen tocar la fibra gracias a cortes afinados con sumo detalle y la voz angelical de Victoria. Su paso por el escenario Binance fue arrollador gracias a las melodías viscerales y de ternura abrumadora que desprende este dúo gracias a un aura perfecta acompañada con batería en directo.
«Once Twice Melody» llevó el peso de la noche y el resto del setlist lo conformarían temas de toda su discografía. No faltaron Lazuli, Silver Soul, Myth o Lemon Glow, con la que tocamos las puertas del cielo, gracias al sonido más ensoñador del festival.
El concierto que ofreció el británico Squarepusher fue una bocanada de futurismo donde el sonido abstracto y sin fronteras dejó el que, para mí, fue el mejor directo de electrónica del primer fin de semana. Tom Jenkinson es posiblemente uno de los nombres más influyentes del sello Warp Records y actuaciones como las de ayer lo avalan como una mente brillante a la hora de crear paisajes sonoros impensables para el resto de los mortales. El ácido, los breaks sin complejo y las distorsiones atronadoras hicieron las delicias de los que se agolparon en el escenario Tous para vivir algo épico donde los tiempos se acortan y se alargan según le viene en gana a Tom, triturando cualquier base rítmica con el mayor de los talentos. Squarepusher no necesitó más que un puñado de sintes y un bajo para dar rienda suelta al sonido visceral y de crudeza extrema que hizo romper las caderas al séquito de fans, gracias a un directo que se podría calificar de irrepetible. De entre la selección de temas pudimos disfrutar de Nervelevers, 303 Scopem Hard o una colosal Terminal Slam. Un concierto que recordó mucho al de LFO en la pasada edición de 2012, ambos en mi top ten de conciertos de la vida del Primavera Sound.
Terminaríamos la noche en el escenario NTS (o como yo lo sigo llamando, la Warehouse) para ver otro potente directo de techno de Detroit, y es que la figura de Terrence Dixon es de esas que van en mayúsculas cuando hablamos de la escena electrónica americana. Con un sonido limpio y contundente desarrolló un live que podía pasar por un dj set de aires machacones y contundentes. Visionario como pocos a la hora de crear cortes que beben del house, el minimal o el techno más oscuro, Dixon hizo un recorrido por las penumbras de sus cachivaches digitales mientras eran lanzados en forma de bombas.
Texto: Manel Ferrer y Esther Solano
Imágenes: Toni Rosado