Queens Of The Stone Age pone patas arriba el Razzmatazz
Escrito por Manel Ferrer el 16/07/2018
Todavía con la resaca del imponente concierto que Pearl Jam ofreció un día antes en Barcelona, afrontábamos otra noche que se preveía grande. Los de Palm Desert están en el olimpo del rock and roll y Queens of the Stone Age cumplieron sobradamente las expectativas con un concierto demoledor a base de hard rock tan primitivo como auténtico. Sus cuatro años sin pisar la ciudad (su última visita data del 2014 en la primera jornada del Primavera Sound) hizo que la sala colgara el cartel de sold out el mismo día que el papel se puso a la venta.
El partido estaba ganado mucho antes de que Josh Homme y los suyos asaltaran el escenario para defender su directo y presentar los temas de su reciente “Villains”, del que se apoyan mucho en directo. No es una sorpresa que los Queens centren su repertorio en sus últimos discos, pero a estas alturas poco le podemos reprochar a la trayectoria de una banda que siempre aporta un soplo de aire fresco al rock and roll.
El tema central de la banda sonora de “A Clockwork Orange” sirve para que Queens Of Stone Age tomen posiciones; acto seguido y a por faena con Song For The Deaf, que da nombre a su tercer disco publicado en 2002. Sus más recientes temas no se hicieron esperar: Feet Don’t Fail Me y The Way You Used to Do se enlazaban con una gran ejecución. En ellas se aprecia una diferencia en el cambio de rumbo que ha supuesto su nuevo productor con un sonido menos crudo y más elaborado. Los primeros pogos se formaron con trallazos como You Think I Ain’t Worth a Dollar, but I Feel Like a Millionaire o No One Knows, agitando al personal y desatando la locura. El concierto iba como un tiro, las cervezas volando, la gente sudando adrenalina y una sensación de felicidad nivel máximo, ¡sí! Esto es un concierto de los de los Queens Of Stone Age.
En todo momento vimos a un Homme de lo más cercano, un auténtico frontman versión malote que derrocha clase. Así lo vimos con In The Fade: de chulería va sobrado, pero es Josh Homme y se puede permitir lo que quiera, pateando los neones de luces que tenían repartidos por el escenario mientras le da a las cuerdas con un estilo de lo más auténtico.
En la parte central del concierto se pudieron escuchar dos de los mejores cortes del “…Like A Clockwork” (2013), del que rescataron una eléctrica My God Is The Sun y Smooth Sailing, temas que a diferencia de su paso por el Primavera, ahora suenan más contundentes y con más garra. I Never Came puso un momento de calma que aprovechamos para recuperar el aliento necesario para afrontar un final de lo más movido gracias a If I Had A Tail o el flow garajero de Little Sister, con la que cerrarían. Pero antes tocaba culminar con un bis muy bien pensado y que fue in crescendo, abriendo con Make It Wit Chu para dar paso a una Go With The flow, siendo de las más celebradas de la noche y culminando con una hipnotizante A Song For The Deaf, donde destriparon el equipo con un final apoteósico de guitarras infinitas llevadas al extremo.
Los chicos rebeldes de California son como una perfecta máquina engrasada que nunca falla. Directo vibrante que todos disfrutamos, incluido un Jack White que se encontraba en la sala, sumándole un plus de trascendencia sobre lo que acabábamos de ver, a unos muy grandes Queens Of The Stone Age.
Crónica de Manel Ferrer | Imágenes de Toni Rosado (Mad Cool Festival)
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