De la mano de Houston Party, el dúo británico Sleaford Mods daba el primero de los dos conciertos previstos en nuestro país con la furia y rabia que los de Nottingham derrochan en sus conciertos con canciones provocativas e incendiarias, donde la política británica, la sociedad y el capitalismo están a la orden del día. Con el cartel de entradas agotadas, Jason Williamson y Andrew Fearn volvieron a repetir esa fórmula que parece sigue valiendo y que a mí ya se me hace repetitiva; aun así, la actitud y la crudeza del directo volvieron a ganarse a un público que se lo pasó teta con estos dos tipos con pintas de hooligans y de pocos amigos.
Publicado a través de Rough Trade Records la pasada primavera y con colaboraciones sonadas como las de Perry Farrell de Jane’s Addiction, “UK GRIM» vuelve a proponer un crudo trabajo, donde el post-punk electrónico y salvaje es un viaje ácido expresando con rabia las emociones, con esa actitud tan antisocial y británica, al mismo tiempo donde la mala leche arremete contra un país inmerso en la estupidez política (como ellos han dicho en repetidas ocasiones) y plasman a la perfección en el tema UK GRIM: “In England nobody can hear you scream. You’re just fucked”, tema con el que abrirían un concierto de hora y media en el que no hubo tregua ni bis final.
Apuesta sencilla y muy honesta, con un juego básico de luces, el directo de Sleaford Mods es tan fácil como darle al play del portátil de Andrew Fearn donde lleva toda su música para así poderse centrar en sus peculiares bailes, que no cesaron a lo largo de un show en el que Williamson rapeó de esa manera tan peculiar y exultante, provocando el delirio de la sala cada vez que el frontman lanzaba sus gritos y gemidos, siempre con una botella de agua en la cabeza. El setlist repasó casi en su totalidad el nuevo material y como bombas cayeron D.I.Why, Tilldipper, On The Ground, Right Wing Beast, Smash Each Other Up o Force 10 From Navarone, que en la producción cuenta con la colaboración de Florence Shaw, donde las voces se alternan perfectamente, dejando un espectacular resultado.
El dúo no flaqueó y tuvo momentos de auténtica genialidad, como fue el caso de McFlurry, sonando explosiva gracias a esas bases frías y sin truco que erizan los pelos. Five Pound Sixty de su disco «Wank» puso la parte más new wave de la velada, colándose de manera magistral en una noche satírica donde las contundentes palabras de Jason Williamson eran como un mazazo de furia contenida. Pero detrás de toda esa fachada de malote, Jason es cercano: saluda arriba, abajo y a cada lado del Apolo con su sonrisa estupefacta, metiéndose a todo el mundo en el bolsillo y consiguiendo que de forma unánime pusiéramos coros al estribillo de Tweet Tweet Tweet casi en la recta final, para mí una de las mejores de la noche, un tema en el que Sleaford Mods vuelven a mostrar su faceta más simple y cruda, pero efectiva, sobre las tablas a la hora de ejecutar.
La sociedad británica ha sido inspiración de infinidad de bandas, se podría decir que Blur fueron los primeros en asumir ese papel, ahora grupos como Idles o Sleaford Mods hacen lo mismo pero de manera más agresiva y sin ese toque divertido. Aquí no hay trampa ni cartón, esto es lo que hay.
Texto: Manel Ferrer
Imágenes: Toni Rosado | Archivo: Primavera Sound 2017