Sónar 2022: crónica del sábado
Escrito por Laura Villanueva el 20/06/2022
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Empezamos la última jornada del festival, sin tenerlo previsto, bajo el sol del SonarVillage pero es que pasar delante de un show de Locoplaya y no pararte es tener el corazón de hielo. A pesar del calor, el trío canario congregó a un nada despreciable número de seguidores en el césped de la plaza del Sónar día. Bejo y Don Patricio estaban encantados con la situación y se notó porque no pararon de interactuar con el público –e interpelar directamente a la mayoría situada bajo el toldo–, con múltiples referencias a “la mierda que hemos pasado”, idas de olla sobre la cobertura de los móviles y agradeciendo al festival en más de una ocasión esta oportunidad. Qué bon jan (como decimos aquí) pensé de los dos, y es que son cercanos, amables, divertidos y cariñosos. Después de varias despedidas y de hacer agachar al público en tres ocasiones, se despidieron con Crazy.
A continuación, el SonarHall se preparaba para recibir a uno de los personajes de los últimos años: Tomm¥ €a$h. Ataviado como un estilo muy parecido al de Chimo Bayo (¿homenaje o casualidad?) y con unos bailes a lo diva pop en decadencia, el estonio optó un recital mucho más hyperpop, PC Music y rave que del hip hop al que nos tiene acostumbrados. Los asistentes, eufóricos, abrazaron esta decisión sin reparos, mientras Kate Kischuk, su mujer, observaba impasible y extremadamente elegante para el recinto de Montjuïc, toda la actuación.
De vuelta a l’Hospitalet estaba a punto de comenzar uno de los proyectos más vistos y, sin embargo, más esperados de todo el fin de semana: The Chemical Brothers. Block Rockin’ Beats así, desde el segundo cero, sin previo aviso, levantó todavía más el ánimo de los miles de asistentes congregados en el SonarClub. A continuación, se fueron enlazando loops de varios temas hasta llegar a Go, quizás el último gran éxito del dúo de Manchester. Rowlands y Simons no son nuevos en esto y todos aspectos del show fueron cuidados hasta el último detalle. Los juegos de luces, los lásers verdes que ya habíamos visto, los visuales de la pantalla trasera… Todos los elementos acompañaron a la perfección un setlist completísimo. Hey Boy Hey Girl tampoco se hizo esperar y cuando los dos robots gigantes empezaron a bailar, volvió a ponerse en marcha la maquinaria de hits. Una sucesión de temazos, con mashups entre ellos, en los que Wide Open y la inclusión de New Order dieron un respiro pop al extenuante espectáculo que estaba teniendo lugar. Por supuesto, también hubo confeti y globos gigantes y una potente Galvanize puso el punto final a una actuación para enmarcar.

Charlotte de Witte es una de las DJ más aclamadas de la actualidad y, a pesar de su aspecto dulce, quien la ha visto en acción no tiene dudas: vaya tralla mete esta chica. Con un hard techno similar al que estaba de moda a principios del milenio, Charlotte hizo sudar, aún más, a la parroquia del SonarClub otra vez que, casi tres días más tarde, continuaba con ganas de fiesta. El acid tampoco faltó en su sesión y, con el momento cumbre de su remix del himno The Age Of Love, el trance tampoco.
Y llegó el turno del SonarLab con Helena Hauff. La alemana es conocida por manejar en sus sesiones, techno contundente con lo más oscuro del universo electrónico (un pelín de acid, bastante EBM e industrial no suelen faltar). Hauff puso en la coctelera sus ingredientes más preciados y con ellos, a una legión de fans en su bolsillo.
Como no hay Sónar sin cierre en el SonarPub, había que acudir a The Blessed Madonna. En esta ocasión optó por ser menos housera que antaño y menos dura que sus anteriores colegas. Hecho que, por motivos de descompresión, fue un gran acierto. La estadounidense abrazó todos los palos de la música electrónica de baile desde el disco de los setenta hasta la actualidad. Pinchó hits de antaño, como el Mind Dimension de Tiga o el NY Excuse de Soulwax, sin complejos, en una sesionaca perfecta para un amanecer inolvidable.
¿Conclusiones? Lo que se empezó a intuir antes de la pandemia se ha confirmado en este Sónar del reencuentro: vuelve el hard techno y la makina. Ah, y las mujeres son las más jefas. ¡Viva la nueva normalidad!
Texto: Laura Villanueva
Imágenes: Toni Rosado
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